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viernes, 8 de abril de 2016

Ambiente obesogénico: claves para evitarlo si buscas adelgazar o prevenir el aumento de peso

Si buscas adelgazar o prevenir el aumento de peso, debes saber que no sólo los alimentos o la actividad física pueden ayudar, sino que muchos otros factores de nuestro entorno influyen en nuestro organismo, por eso, hoy te contamos de qué se trata el ambiente obesogénico y dejamos algunas claves para evitarlo si quieres estar en forma.

¿Qué es un ambiente obesogénico?
Un ambiente que favorezca el desarrollo de obesidad o conductas que puedan dar origen al aumento de peso y grasa corporal es precisamente un ambiente obesogénico y está caracterizado por invitarnos a comer más o de peor calidad y a ser cada día más sedentarios.

Así, un ambiente obesogénico puede ser aquel en el que exista** gran cantidad de alimentos disponibles de mala calidad y/o concentrados en calorías**, así como también, colmado de tecnología y facilidades de traslado que nos vuelve muy sedentarios.
También puede ser parte de un ambiente obesogénico el estrés, o un mal descanso nocturno que sabemos, puede incentivarnos a comer peor y movernos menos facilitando así, el desarrollo de obesidad.
Claramente, el ambiente y sus características puede influir notablemente en nuestra salud afectando no sólo dieta y entrenamiento sino también, descanso, emociones y demás.

Claves para evitar un ambiente obesogénico

Como todo ambiente o entorno ya creado, resultará difícil erradicar por completo los rasgos del ambiente obesogénico, sin embargo, podemos evitarlo y/o mantenerlo bajo control con las siguientes claves:
  • Organiza tus compras, es decir, no vayas al supermercado con hambre o sin una lista de lo que necesitas, pues acabarás comprando todo aquello que te gusta sin importarte si es o no de buena calidad y de ayuda para cuidar tu dieta. Además, lo mejor es escoger lugares para comprar en los que, en lo posible, no predominen los alimentos procesados.
  • Almacena alimentos con cabeza, escogiendo correctamente lo que vamos a tener a nuestra disposición, pues se ha comprobado que si está a la vista se come y por lo tanto, deberemos elegir frutas y verduras para tener siempre en casa y a la vista, mientras que evitaremos almacenar helado, chucherías, refrescos u otros alimentos de nuestro agrado que, de tenerlos, de seguro se consumen.
  • Ordena tu casa y tu cocina, intentando que no haya alimentos visibles distribuidos por todos lados, pues ello de seguro nos incentiva a comer y se ha asociado a mayor riesgo de obesidad. Además, tener una casa limpia y ordenada también podría ayudarnos a comer menos según se ha demostrado en un estudio de Cornell University.

  • Controla las comidas compradas o fuera de casa, porque como nos han contado en Vitónica, la mayoría de los restaurantes ofrecen platos cargados de calorías y siempre, comer y cocinar en casa es equivalente a mejor calidad que comprar la comida ya lista para su consumo. Por ello, si ahora comes a diario fuera de casa, lo mejor es reducir esta frecuencia a tres veces o menos por semana y ya verás resultados.
  • Elige tus compañías, pues sin duda las amistades y la familia tienen gran influencia en nuestros hábitos, por ello, si elegimos compartir tiempo libre con amigos activos y amantes de la vida sana, el entorno nos será más favorable que si lo hacemos con una persona sedentaria y amante de los fast food.
  • Comunica tus deseos de ponerte en forma, pues ello permitirá que otros pueden también ayudarte a lograr un ambiente más sano y menos obesogénico, incentivándote a moverte, no incitándote al consumo de alimentos calóricos y/o compartiendo momentos de actividad física contigo.
Con estas claves en mente, debes saber que controlarás fácilmente el ambiente obesogénico y lograrás evitar su influencia en tus hábitos con el objetivo de perder peso o evitar engordar de cara al verano.
No olvides que, mucho más de lo que crees, controlar el ambiente que nos rodea puede ayudarnos a estar en forma y saludables.
Bibliografía consultada | Health Educ Behav October 19, 2015 1090198115610571; International Journal of Obesity (2015) 39, 1401–1407; doi:10.1038/ijo.2015.70; published online 26 May 2015. 

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